El consumidor medio en España ahorra apenas un tercio de lo que ahorra el consumidor medio en Suecia
Los datos que guarda Eurostat en sus archivos son claramente ilustrativos acerca de la desigual posición financiera de partida entre los consumidores en España y sus iguales en el resto de países desarrollados de la Unión Europea. La renta disponible per cápita en España, apenas 15.000 euros, está muy por debajo de la de países como Francia, Alemania o incluso Italia. Pero, además, su tasa de ahorro es muy inferior a la de casi todos estos países; conclusión, un consumidor español ahorra de media menos de la mitad que en el resto de Europa.
30-07-2013
Crisis económica, desempleo, reducción de ingresos, abusos de la banca y de las grandes empresas de servicios... Cóctel letal que convierte al consumidor español medio en el más ahogado, en el que peor situación financiera de partida sufre, de entre la mayoría de los países de la Unión Europea. Y así lo atestigua la última estadística del Eurostat, que compendia la renta disponible, las tasas de ahorro y la capacidad de gasto de los países más representativos de la Unión Europea, incluidos los de la zona euro y otros como Suecia, Noruega o Polonia que aún mantienen sus monedas.
En su informe, Eurostar confirma que la tasa de ahorro de los hogares europeos se ha incrementado durante el primer trimestre de 2013, en un proceso lento pero sostenido de mejora gradual de las condiciones económicas globales. Pero estas cifras generales no esconden profundas desigualdades en la situación financiera de los consumidores, en las que España sale bastante mal parada. Primero, en la propia tasa de ahorro; el informe confirma que la ratio entre ahorro total y renta disponible en la UE está en el 11%, subiendo a un 13% si hablamos de los países de la Eurozona. Sin embargo, en España el consumidor medio apenas puede considerar ahorro un 8,5% de su renta disponible.
Y eso que en esta estadística se contabiliza como ahorro la cotización de los consumidores a la Seguridad Social y a otros planes de pensiones; todavía disminuiría más esa tasa si lo descontásemos. A ello se suma, además, que la renta disponible de las familias españolas está entre las más bajas de toda la Eurozona, y es mucho más baja que la de todos los países a los que denominan "de nuestro entorno". La renta disponible per capita está en España en los 15.000 euros anuales, un 15% menos de los casi 18.000 euros de que disponen los italianos, un 25% menos de la de países como Francia o Alemania, 21.000 euros, y un tercio inferior a la de estados como Suecia o Dinamarca, alrededor de los 24.000.
El ahorro final, en mínimos
El día a día de los consumidores españoles refleja estas desigualdades y, así, si aplicamos el porcentaje de la tasa de ahorro a las rentas disponibles en los países vecinos, sale que en España un consumidor medio apenas puede ahorrar 1.275 euros al año, frente a los casi 2.000 que puede ahorrar un italiano, y los más de 3.000 euros que consiguen apartar franceses y alemanes después de hacer efectivo todo su consumo. La diferencia es abismal, una brecha que deja a los españoles en franca inferioridad, con un riesgo claro de sufrir sobreendeudamiento; los suecos, campeones del nivel de vida, pueden ahorrar 3.600 euros de media, tres veces más que los españoles.
Lo que indica que esa combinación letal mencionada al principio está haciendo estragos en los ciudadanos de España, y así lo recordaba la propia UE en otros informes que colocaban este país en una rueda macabra de alto endeudamiento y bajos ingresos, una bomba de relojería que amenaza la supervivencia de millones de familias. Así, más de la mitad de los consumidores en España refieren dificultades en mayor o menor medida para llegar a fin de mes, lo que implica que ya no pueden ahorrar, situación heredada de décadas de abusos por parte de las entidades financieras y las grandes empresas de energía, transporte o nuevas tecnologías, y agravada por la crisis. Estudios sociológicos realizados por ADICAE corroboran que los consumidores necesitan echar mano cada vez más de sus ahorros para sobrevivir, ya no llegan con sus ingresos.
Un fenómeno del que aún más se están aprovechando estas mismas empresas. Así, los españoles han multiplicado por cuatro las deudas que mantienen por tarjetas de crédito, con las que tratan de obtener liquidez con la que pagar, por ejemplo, las comisiones bancarias que se han más que duplicado en algunos casos, o la factura de la luz que está un 70% más cara que desde que se privatizó el sector. En fin, todo ello se combina con los abusos que se están cometiendo en materia hipotecaria, con cláusulas suelo que suponen un encarecimiento de hasta 300 euros mensuales en la cuota. Si algún consumidor, con todo este panorama, tiene la fortuna de conseguir ahorrar algo, guárdese de fondos de inversión, productos de riesgo o preferentes, la última estocada de las oligarquías económicas al escaso ahorro de los ciudadanos.