La moda de las webs de cupones: descuentos en los precios, no en los derechos
Se puede comprar de todo: desde un jamón a una sesión de hipnosis para dejar de fumar, aunque suele ser más habitual usarlas para obtener descuentos en entradas de espectáculos, viajes, cenas, cursos de idiomas o estancias en hoteles. Son las populares webs de cupones, que ofrecen descuentos para la adquisición de productos o servicios con rebajas que llegan a prometer del 100% del valor real. ¿Cómo funcionan estas webs y cómo hay que hacer valer nuestros derechos como consumidor?
11-04-2013
Las web de cupones se han convertido en una forma cada vez más habitual de contratar servicios o comprar productos. Sus fuertes descuentos – pueden ir del 30% a más del 90%, e incluso llegan a regalar servicios promocionales- pueden ser de gran utilidad, aunque también son una incitación a la compra compulsiva. Estas páginas suelen exigir al usuario que se registre para acceder al servicio. En ocasiones, se adquiere directamente un producto rebajado -un jamón, un ordenador...-, en otras, un servicio -un curso, una sesión de belleza...-, o un descuento -se adquiere un cupón que supone un descuento a la hora de pagar-.
Un ejemplo de esto último, y que da idea de su variedad y de hasta dónde llegan estas webs, es una oferta de la web Groupalia en la que se compra por 99 euros un descuento de 2000 euros para una operación de aumento de pecho. Así, con el cupón, en lugar de pagarse 5.650 euros se pagan 3.650 euros, a los que hay que sumar, claro, los 99 euros que supuso obtener esta rebaja. En otros casos en los que se adquiere un descuento para un servicio (un curso de idiomas, por ejemplo), este solo se lleva a cabo y cobra al usuario si se consigue un mínimo de participantes.
Son un intermediario
Las webs de cupones ejercen como intermediario con el prestador del servicio. Cuando el consumidor compra un cupón y lo recibe en su correo electrónico, debe imprimirlo y presentarlo en el establecimiento para hacerlo efectivo. Por tanto, no es la empresa de descuentos la que presta el servicio, sino un tercero. Esto conlleva, en el caso de Let´s Bonus, que el consumidor deba consultar con el establecimiento la disponibilidad y acordar una fecha para el servicio. Si el usuario no se presenta el en día y hora acordados, el cupón se consume y se pierde el dinero pagado en su totalidad.
¿De dónde salen estas rebajas?
En teoría, estas webs de cupones se permiten ofrecer importantes ofertas gracias a lo que denominan “la compra en grupo”. Al adquirir entre varios usuarios un lote del mismo artículo o servicio, se logra un precio más competitivo. Sin embargo, podemos estar ante ofertas promocionales, incluso gratuitas, que lo que buscan es atraer al consumidor en un primer momento para fidelizarlo y aplicarle después las tarifas habituales. Y aunque en las webs de cupones se muestra el precio original del producto o servicio antes de la rebaja, hay establecimientos que podrían “hinchar” los precios iniciales para hacer después sus ofertas más atractivas en estas webs.
Las webs se lavan las manos
Hay que tener cuidado: muchos de estos cupones tienen fecha de caducidad. Si no se hacen efectivos, el consumidor pierde el dinero pagado y no lo puede reclamar. Ocurre lo mismo si solo se hace efectiva una parte del cupón; si se compra un cupón para cuatro clases de idiomas y solo se asiste a dos, no se puede reclamar la parte del servicio no usada. Si ocurre alguna incidencia en la prestación de un servicio, la empresa de descuentos se lava las manos: ni asume ninguna garantía ni se hace responsable si el establecimiento incumple las condiciones que incluía el cupón. Por lo tanto, en caso de problemas, el consumidor debe reclamar ante el establecimiento.
Antes de adquirir un cupón, exija y lea con detenimiento las condiciones de compra, para no encontrarnos sorpresas posteriores. Una vez comprado, conviene guardar el resguardo de pago de cara a posibles reclamaciones.
Hacer valer nuestros derechos
Los cupones o artículos ofertados en estas webs no dejan de ser un producto más, y por tanto están sometidos a la legislación de consumo. Si la empresa no tiene suficiente stock para atender la demanda de un determinado artículo, debe informar al consumidor y devolverle el dinero.
El consumidor puede disentir de la compra -del cupón en sí o de un producto- en el plazo de 7 días, sin necesidad de explicar las causas, haciendo llegar un escrito (carta o correo electrónico) a la empresa. Esta tiene la obligación de devolver el dinero en menos de 30 días. Hay que tener en cuenta que en determinados artículos no es posible la opción de reintegro. Let's Bonus excluye las entradas para espectáculos, recintos, exposiciones, eventos, museos, parques de atracciones o similares, alegando que “Let’s Bonus, S.L. no es la entidad vendedora ni distribuidora, sino que con este sistema sólo pretende facilitar al promotor y al público en general la adquisición de dichas entradas a precios interesantes y competitivos”.
Si lo que se ha adquirido es un producto como tal -un móvil, un juego de sartenes, etc.-, el consumidor tiene derechos a dos años de garantía. Para ello deberá conservar el comprobante de compra de la web, aunque a quién finalmente se derive la incidencia sea al fabricante. Más información sobre sus derechos en compras, aquí.
En el caso de que lo que se haya adquirido sea un plan de viaje, el consumidor puede cancelarlo si se producen modificaciones de las condiciones y tiene derecho a la devolución del importe y a exigir una indemnización. Más información sobre sus derechos en viajes, aquí.
Ante cualquier problema...
Las ofertas, aunque sean del 90%, no son una rebaja de los derechos de los consumidores. Ante cualquier problema, exija que se cumplan sus derechos. En ADICAE encontrará la información y ayuda necesaria para reclamar.